Esparta una antigua ciudad griega, cuyos habitantes fueron considerados como grandes y fieros guerreros, valientes y estrictos en cuanto a su disciplina y costumbres.
Desde su infancia, un espartano debía ser examinado y
dependiendo de su estado físico, así mismo, se tendría en cuenta y seria
educado como soldado para la guerra,
el cual era considerado como el único fin en la vida de un espartano.
Si un niño naciera débil o enfermizo era descartado y
asesinado.
Hasta sus 7 años los
niños espartanos sanos eran tratados y educados dentro de la normalidad de un
niño griego, pero a partir de esta edad sería llevada a cabo su iniciación como
soldado y eran separados radicalmente de sus familias. Eran sometidos a severos
castigos, torturados, obligados a luchar, a pasar hambre y hasta matar. Y además a no demostrar dolor, piedad o
compasión bajo ninguna circunstancia.
Lejos de sus familias, abandonado a su suerte debía demostrar
a través de su ingenio y habilidad que estaba listo y regresar a su pueblo como
un gran espartano y ser aceptado por la sociedad o no regresar.
Un espartano, era educado y entrenado desde su niñez para ser
una máquina de guerra casi perfecta. Guerreros valientes crueles y despiadados.
Basándose en una de las batallas más famosas de la historia,
en la que participaron los espartanos,
la Batalla de las Termopilas, alrededor de los años 480 a.c. La película 300 combina perfectamente
algo de esa realidad espartana con cierto grado de mitología.
Un ejército de 300 hombres con el Rey Leónidas a la cabeza, enfrentan al Rey Dios Jerje y su innumerable ejercito Persa.
Jerjes, ante la negativa de Rey Leónidas de rendir un tributo
de tierra y agua, como muestra de sumisión de la polis hacia los persas. Decide
invadir Esparta.
El Rey Leónidas planea pues darles la cara y crea un ejército de 300 hombres para
detener dicha invasión. Cada hombre del ejército en mención debía tener las
características de un guerrero espartano y ya haber tenido descendencia.
El plan era dirigirse a las Termopilas; un desfiladero que por sus condiciones
geográficas era un sitio estratégico para llevar a cabo la batalla.
Antes de emprender el camino, Leónidas decide visitar a los Éforos
para obtener su aprobación. Los Éforos eran unos monjes, y ningún espartano
podía ir a la guerra sin contar con su bendición.
Los monjes se negaron rotundamente alegando que sería un error llevar a cabo
esa guerra ya que traería desgracias para toda Grecia. Según lo que les había
anunciado el Oráculo.
La polis quiso oponerse a la decisión del Rey Leónidas,
teniendo en cuenta las predicciones del Oráculo, pero aun así Leónidas, claro ejemplar persa
que ni ante el amor de su esposa y su hijo, duda en un instante seguir adelante
con el plan y decide emprender su camino junto a su insuficiente ejercito de
300 soldados, hacia las termopilas y enfrentarse al muy superior ejercito persa
con el Rey Jerjes al mando.
Inicia la batalla y aprovechando el sendero estrecho que les
ofrecía el lugar, se organizaron de tal manera que lograron detener las
primeras tropas de soldados persas que
Jerjes había enviado, sin que los guerreros espartanos lograran sufrir mayor
rasguño.
Ante las pérdidas sufridas por los persas, lo cual eran
mínimas con respecto al ejército en general, Jerjes y sus tropas se sintieron
moralmente golpeados. Para lo cual
decidió enviar otro ejército más poderoso aun; conocidos como los Inmortales con la plena seguridad
de que estos si lograran acabar con el Ejercito Espartano.
A pesar de que los
inmortales pelearon como nunca, no lograron derribar al minúsculo grupo de
soldados del Rey Leónidas. Lo que los llevo por un momento a sentirse humillados y perturbados, sino es porque
aparece de repente un traidor espartano, en venganza hacia el Rey Leónidas por
no haberlo aceptado en su ejército de 300 hombres, debido a su evidente
condición física. Este se deja comprar por Jerjes, quien le ofrece riquezas y
mujeres a cambio de delatar la ubicación exacta del Rey Leónidas y sus Tropas.
Fue así como el Rey Jerjes y su ejército deciden sorprender a
los Espartanos, pero aun a sabiendas de lo ocurrido, ante la evidente y segura
derrota que sufrirían y siendo consciente de ello; Leónidas y sus pocos
soldados deciden continuar hasta la muerte antes de rendirse.
Una batalla difícil, la cual involucro creaturas enormes y
cientos de guerreros persas y en la que los espartanos lucharon con gran ímpetu,
poniendo en práctica todos sus conocimientos sobre el arte de la guerra, y
cumplir a cabalidad el propósito de sus vidas el cual era morir antes que
rendirse ante una batalla el cual pretendía conseguir la libertad de los
Espartanos.
Una muestra clara de la perseverancia, valentía, fuerza,
honor, rigor Y disciplina que fue infundida en cada uno de los espartanos desde
su infancia.
Los persas ganaron una batalla, pero los espartanos
consiguieron la Gloria. Y una huella imborrable que el Rey Leónidas y sus 300 soldados dejaron en
cada uno de los espartanos.
Autor:
María Alejandra Dávila
Dávila
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