miércoles, 1 de junio de 2016

La Película 300


Esparta una antigua ciudad griega, cuyos habitantes fueron considerados como grandes  y fieros guerreros, valientes y estrictos en cuanto a su disciplina y costumbres.
Desde su infancia, un espartano debía ser examinado y dependiendo de su estado físico, así mismo, se tendría en cuenta y seria educado como soldado para la guerra, el cual era considerado como el único fin en la vida de un espartano.
Si un niño naciera débil o enfermizo era descartado y asesinado.
Hasta sus 7 años  los niños espartanos sanos eran tratados y educados dentro de la normalidad de un niño griego, pero a partir de esta edad sería llevada a cabo su iniciación como soldado y eran separados radicalmente de sus familias. Eran sometidos a severos castigos, torturados, obligados a luchar, a pasar hambre y hasta matar.  Y además a no demostrar dolor, piedad o compasión bajo ninguna circunstancia.
Lejos de sus familias, abandonado a su suerte debía demostrar a través de su ingenio y habilidad que estaba listo y regresar a su pueblo como un gran espartano y ser aceptado por la sociedad o no regresar.
Un espartano, era educado y entrenado desde su niñez para ser una máquina de guerra casi perfecta. Guerreros valientes crueles y despiadados.  
Basándose en una de las batallas más famosas de la historia, en la que participaron los espartanos,  la Batalla de las Termopilas, alrededor de los años 480 a.c. La película 300 combina perfectamente algo de esa realidad espartana con cierto grado de mitología.
Un ejército de 300 hombres con el Rey Leónidas a la cabeza,  enfrentan al Rey Dios Jerje y su innumerable ejercito Persa.
Jerjes, ante la negativa de Rey Leónidas de rendir un tributo de tierra y agua, como muestra de sumisión de la polis hacia los persas. Decide invadir Esparta. 
El Rey Leónidas planea pues darles la cara  y crea un ejército de 300 hombres para detener dicha invasión. Cada hombre del ejército en mención debía tener las características de un guerrero espartano y  ya haber tenido descendencia.
El plan era dirigirse a las Termopilas;  un desfiladero que por sus condiciones geográficas era un sitio estratégico para llevar a cabo la batalla.
Antes de emprender el camino, Leónidas decide visitar a los Éforos para obtener su aprobación. Los Éforos eran unos monjes, y ningún espartano podía ir a la guerra sin contar con su  bendición. Los monjes se negaron rotundamente alegando que sería un error llevar a cabo esa guerra ya que traería desgracias para toda Grecia. Según lo que les había anunciado el Oráculo.
La polis quiso oponerse a la decisión del Rey Leónidas, teniendo en cuenta las predicciones del Oráculo,  pero aun así Leónidas, claro ejemplar persa que ni ante el amor de su esposa y su hijo, duda en un instante seguir adelante con el plan y decide emprender su camino junto a su insuficiente ejercito de 300 soldados, hacia las termopilas y enfrentarse al muy superior ejercito persa con el Rey Jerjes al mando.
Inicia la batalla y aprovechando el sendero estrecho que les ofrecía el lugar, se organizaron de tal manera que lograron detener las primeras  tropas de soldados persas que Jerjes había enviado, sin que los guerreros espartanos lograran sufrir mayor rasguño.
Ante las pérdidas sufridas por los persas, lo cual eran mínimas con respecto al ejército en general, Jerjes y sus tropas se sintieron moralmente golpeados.  Para lo cual decidió enviar otro ejército más poderoso aun; conocidos como los Inmortales con la plena seguridad de que estos si lograran acabar con el Ejercito Espartano.
A pesar de que los inmortales pelearon como nunca, no lograron derribar al minúsculo grupo de soldados del Rey Leónidas. Lo que los llevo por un momento a sentirse  humillados y perturbados, sino es porque aparece de repente un traidor espartano, en venganza hacia el Rey Leónidas por no haberlo aceptado en su ejército de 300 hombres, debido a su evidente condición física. Este se deja comprar por Jerjes, quien le ofrece riquezas y mujeres a cambio de delatar la ubicación exacta del Rey Leónidas y sus Tropas.
Fue así como el Rey Jerjes y su ejército deciden sorprender a los Espartanos, pero aun a sabiendas de lo ocurrido, ante la evidente y segura derrota que sufrirían y siendo consciente de ello; Leónidas y sus pocos soldados deciden continuar hasta la muerte antes de rendirse.
Una batalla difícil, la cual involucro creaturas enormes y cientos de guerreros persas y en la que los espartanos lucharon con gran ímpetu, poniendo en práctica todos sus conocimientos sobre el arte de la guerra, y cumplir a cabalidad el propósito de sus vidas el cual era morir antes que rendirse ante una batalla el cual pretendía conseguir la libertad de los Espartanos.
Una muestra clara de la perseverancia, valentía, fuerza, honor, rigor Y disciplina que fue infundida en cada uno de los espartanos desde su infancia.
Los persas ganaron una batalla, pero los espartanos consiguieron  la Gloria. Y una huella imborrable que el  Rey Leónidas y sus 300 soldados dejaron en cada uno de los espartanos.

Autor:

María Alejandra Dávila Dávila

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